COMUNICACIÓN DESPUÉS DE LA MUERTE
La comunicación después de la muerte es una experiencia espontánea que cualquier persona puede tener con un ser querido fallecido. Estas expe- riencias son diversas y ricas en contenido, e incluyen información y resultados asombrosos, siendo alguno de estos fenómenos difícil de explicar a través de la cosmovisión materialista occidental predominante.
Experiencias tan cercanas y tan íntimas como, sentir la presencia de la persona fallecida, fenómenos visuales, olfativos, táctiles y auditivos, relacionados todos ellos con el difunto, como escuchar su música preferida, oler su aroma, o sentir su tacto.
De la misma manera, numerosos testimonios, informan de apariciones y visiones de la persona que acaba de abandonar el mundo físico, así como, comunicaciones y señales extrañas e inexplicables a través de dispositivos móviles y electrónicos, llamadas telefónicas, detención de relojes, manipulación de la energía eléctrica, movimiento de objetos, mensajes simbólicos y sincronicidades que, hasta las mascotas pueden sentir.
Estos métodos directos de comunicación, son muy comunes y pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento, durante la vigilia o durante el sueño, siendo más frecuente, cuando la persona que recibe el mensaje está sola. Mensajes y señales que no se pueden ignorar.
Las apariciones y comunicaciones después de la muerte, brindan importantes evidencias y corroboraciones objetivas de que la persona fallecida continúa existiendo después de la muerte física, algo que no puede atribuirse a la imaginación o la ilusión, y sí, a una evidencia sólida que indica no solo la supervivencia de la muerte del individuo, sino también, una persistencia de la personalidad, la memoria y las relaciones de esa persona con los que siguen en la vida física, y al igual que ocurre con las ECM, en las que puede haber un encuentro con sus seres queridos fallecidos, todas estas experiencias indican que, la conciencia, la personalidad y la identidad de la persona fallecida, continúan después de la muerte física.
Estas experiencias extraordinarias, no llegan a la esfera pública, porque se sitúan fuera de la ciencia actual, pero la realidad es que, estos fenómenos están muy presentes y es nuestra responsabilidad integrarlos en la vida cotidiana.
«Nacho Blasco»